Acabo de volver de unas preciosas y necesitadas vacaciones por las islas de Ibiza y Formentera y, a pesar de que ahora lo veo todo de color de rosa y vuelvo encantado de unas islas maravillosas, la llegada a Ibiza la recordaré toda la vida: lo que iba a ser un vuelo directo a las 19:15h de 1h 25min de duración se terminó convirtiendo en 2 vuelos cancelados, otro retrasado que acabó siendo desviado y una noche durmiendo en el aeropuerto tirados como perros. Cerca de 24h dando vueltas de aeropuerto en aeropuerto gracias a Vueling…
[box type=»info»] Comunicado de David García Blancas (Director Comercial de Vueling) publicado el 1 de julio explicando la situación de la operativa.[/box]
Como pienso reclamar los vuelos cancelados de Vueling, el vuelo desviado, el retraso, el dormir en el aeropuerto, el alquiler del coche que perdí y la noche de hotel que se canceló, voy a exponer aquí todo lo que me ha ocurrido con fechas y horas para que no se me olvide nada.
También actualizaré el proceso que voy siguiendo con las reclamaciones. ¡Pienso sacarles hasta el último céntimo que me corresponda!
Cronología de mi vuelo Bilbao-Ibiza
Nuestro vuelo salía de Bilbao destino Ibiza el 26 de junio a las 19:15PM. Se retrasa la aparición de la puerta de embarque, pero nada fuera de lo habitual. Nos ponemos haciendo cola en la puerta y empiezan a embarcar los primeros pasajeros (los que van con sillas de niños). Nosotros, que estábamos bien posicionados en la cola de embarque, vemos como la tripulación sale del avión y se van y, esas primeras personas que habían ido hacia el avión, vuelven atrás. Las azafatas no saben nada y, tras hablar por teléfono con alguien, nos dicen: «el vuelo ha venido con retraso acumulado y la tripulación ha cumplido sus horas. El vuelo se ha cancelado». Y se fueron.
En ese momento sabes que este viaje va a ser una odisea.
Vimos a la gente correr y, casi por instinto, los seguimos. Iban al mostrador de Vueling a reclamar y a que les cambiasen el billete por otro. Si no hubiésemos echado ese sprint (con 2 maletas), creo que aún estaríamos en el aeropuerto de Bilbao.
Llegamos de los primeros y en el mostrador de Vueling aún no sabían que el vuelo se había cancelado. Me sorprendió lo educadamente que se puso la gente a hacer cola. Vale, hubo un joven que se intentó colar pero hicimos piña entre todos y perdió más de lo que quería ganar.
Los únicos gritos eran solicitando que viniese un responsable a darnos algún tipo de explicación y que llamasen a los pilotos de guardia. Teníamos el avión, teníamos las maletas dentro, estábamos allí, ¡ solo faltaba alguien para pilotar !
Cuando nos tocó el turno en el mostrador de quejas de Vueling nos dieron 2 opciones:
- Vuelo directo Bilbao -> Ibiza a las 17:00h del día siguiente con noche en Bilbao.
- Vuelo a Barcelona a las 23:10h, hotel y vuelo a Ibiza a las 8:10h.
Nos decantamos por la segunda opción porque sabíamos que había vuelos casi cada hora desde Barcelona a Ibiza y porque llegaríamos a Ibiza por la mañana y «casi» no habríamos «perdido nada de tiempo».
Tras pasar de nuevo el control de seguridad, decidimos que era hora de cenar algo. Pillamos abierto el Pans&Company de chiripa. De hecho, cerraron el local cuando estábamos dentro esperando por nuestros bocadillos. Una vez fuera, comiéndolos, empezaron a llegar todas esas personas que aún estaban en la cola… ¡No tenían para comer más que lo que había en las máquinas!
Cuando se acercaba la hora de la salida del vuelo de Bilbao -> Barcelona, vemos que se empieza a retrasar. Primero 20 minutos, luego 30 y acaba marcando la puerta de embarque 1 hora más tarde de lo debido.
Nos ponemos en la cola para embarcar pero no avanza hasta que empiezan a llegar mensajes a los móviles de varios de los viajeros que estaban allí. Por supuesto, al nuestro no. Nos tenemos que enterar por terceras personas que el vuelo está «desviado»… Y nadie de los de allí entiende qué significaba.
Fuimos de nuevo corriendo al mostrador de Vueling para enterarnos de qué estaba pasando y, tras 30 minutos de espera, nos dijeron que el vuelo que nos iba a llevar a Barcelona venía con tanto retraso de Alicante que no iba a poder aterrizar en Bilbao porque iban a cerrar el aeropuerto. La «solución» era desviarlo al aeropuerto de Vitoria que, al ser un aeropuerto de mercancía, permanecía abierto más tiempo… ¡Menudo símil más acertado el de la mercancía!
Salimos del aeropuerto y había 4 autobuses esperando por nosotros: 3 autobuses nos iban a llevar a Vitoria y el otro iba a repartir a viajeros (los que habían elegido vuelo directo el día siguiente) por los hoteles de Bilbao. Muchos de los viajeros tuvieron que ir a las cintas a por las maletas que estaban listas para ser metidas en el avión, así que los buses estuvieron esperando a que llegase bastante gente. El chófer de nuestro bus se quería ir porque así se lo ordenaba un representante de AENA pero nos oponemos firmemente hasta que no llegase todo el mundo. ¿Después de tantas horas de espera van a querer salir puntuales ahora que falta gente? Incluso hay mucha gente que se queda fuera hasta que llega un nuevo bus. ¡El caos!
Tras una hora de trayecto, llegamos al aeropuerto de Foronda de Vitoria. Allí estaba el avión que nos llevaría, por fin, a Barcelona. Hablamos ya de la 1:30h y pasamos, de nuevo, por un nuevo control de seguridad. El tercero en apenas unas horas que hacen que ese haya sido el vuelo más seguro de la historia.
Llegamos a Barcelona a las 3:30h y, como nuestro vuelo sale a las 8:10h y tenemos que estar relativamente pronto en el aeropuerto, nos toca quedarnos en el aeropuerto. Como perros en el suelo. En los bancos de al lado había familias con niños pequeños. Se nos encoge el corazón, de verdad. Por lo menos estaba el McDonald’s abierto…
Sabíamos que había un vuelo a Ibiza a las 7:00h así que me acerqué a la puerta de embarque para ver cómo iba todo. Parece que estaba todo bien pero, al volver a nuestro campamento base empezamos a oír gritos. Un vuelo a Málaga se había suspendido. Cuando voy a despertar a Silvia, nuestros asientos se habían convertido en un vuelo a Granada que, curiosamente, también se suspendió. Pregunté por nuestro vuelo y, efectivamente, estaba suspendido.
Fui a la puerta de embarque del vuelo de Ibiza de las 7:00h (el anterior al nuestro) y veo que estaban embarcando. Pregunté si había hueco y me dijeron que sí, pero que para entrar teníamos que estar en la lista. Eso, me lo gestionan en la “ventanilla de tránsitos”. Fui corriendo hasta allí y había cerca de 20 personas haciendo cola. Pregunto y me dejan pasar encantado, pero el “amabilísimo» señor me dice que quién me ha dicho que es él el que puede meterme en la lista. Le digo que la chica de la puerta de embarque y coge el teléfono y la llama para decirle: “no me mandes a nadie más aquí”.
[Creo que este ha sido el peor momento de todo el viaje y la única vez que me he tenido que morder la lengua para no soltar ningún improperio (o algo más). Un tipo con escasas ganas de ayudar y con empatía nula.]
Vuelvo corriendo a la puerta de embarque y la chica me dice que ha recibido la llamada, que lo siente, pero que no puede dejarnos pasar. Así que el vuelo de Barcelona -> Ibiza de las 7:00h salió con huecos libres mientras que nosotros nos quedamos, una vez más, tirados en un aeropuerto.
Subimos a la terminal de salidas del aeropuerto del Prat de Barcelona dispuestos a hacer cola en los mostradores de Vueling para que nos diesen un nuevo billete para llegar a Ibiza. La escena que nos encontramos allí nos dejó desolados:
Estuvimos 4 horas de pié haciendo cola hasta que llegamos al mostrador y pudimos hablar con un empleado de Vueling. Nos preguntó nuestro destino y, al decirle que era Ibiza y tras mirarlo en el ordenador, nos dice que nos puede dar un vuelo a las 21:30h (en ese momento son las 10:00h). La cara que se nos quedó debió de ser para grabarla.
Le explico muy amablemente que teníamos que haber salido de Bilbao rumbo a Ibiza en un vuelo directo a las 19:15h del día anterior y le digo que no podemos quedarnos 12h más en un aeropuerto. Le pido, por favor, si nos puede retrasar el vuelo para el día siguiente y ubicarnos en hotel de Barcelona para poder ducharnos y dormir.
Nos dice que eso no se puede hacer y que «siempre que haya hueco en un vuelo, nos lo tiene que ofertar» pero que le dejemos hacer una llamada. Le oímos decir cosas como «llevan desde ayer dando vueltas», «solo quieren dormir y ducharse», «les han cancelado un vuelo directo y ahora están de escala», etc.
Al colgar, nos dice que no nos puede ofertar esa noche de hotel pero que nos da 2 billetes para un vuelo a Ibiza a las 14:00h. Nuestra historia había dado pena a todo el mundo en las colas de reclamaciones pero no pensábamos que iba a dar pena a algún empleado Vueling. Porque en ese momento había un cristal de seguridad, sino le planto un beso en todos los morros.
Aún así, todavía no habíamos terminado con las colas: aún nos quedaba sacar la tarjeta de embarque y recoger nuestro ticket de comida en los mostradores de Atención a Pasajeros de Vueling. Al final, «solo» fue 1h 30m de espera. ¡Chupado para nosotros!
Los tickets de comida que nos dieron se podían canjear en algunos de los restaurantes del aeropuerto y nosotros entramos en el primero que vimos. Teníamos tantas ganas de volar que no queríamos estar en otro sitio que no fuese cerca de la puerta, por si acaso.
Miramos a los carteles y nuestro nuevo avión con destino Ibiza iba en hora. Llegamos a la puerta de embarque con mucha gente allí y, por fin, pudimos montar pero, hasta que no notamos el gusanito ese que se siente en el estómago cuando las ruedas dejan de tocar el suelo, no nos lo creímos… ¡A la tercera fue la vencida!
Ahora toca reclamar, pero eso vendrá en otro post y os mostraré todos los pasos que vayamos realizando. ¡Voy a intentar sacar a Vueling hasta el último céntimo que nos corresponda!
Deseadnos suerte. ;)-
Vaya odisea, y menuda la que ha liado Vueling con los vuelos. Hace dos días volví de Barcelona y todos los vuelos salieron con retraso de entre 1 y 2 horas.
Ahora a reclamar y suerte!
Gracias por esas suerte. ¡La voy a necesitar!