Eduardo Chillida adquirió en 1982 el caserío Zabalaga de Hernani ubicado en una parcela ajardinada de 12 hectáreas con intención de albergar allí su obra, pero no fue hasta el 16 de septiembre de 2000 cuando el Museo Chillida Leku abrió sus puertas. Tras 10 años de actividad, el 31 de diciembre de 2010 cerró sus puertas debido a la crisis. Varios han sido los intentos de re-apertura, pero por unos o por otros, no ha llegado a buen puerto.
Pero no vengo a hablar de eso:
Gracias a la Sociedad Fotográfica de Gipuzkoa pude visitar Chillida Leku dentro de las jornadas de Argazki Hiria 2016.
Cómo llegar a Chillida Leku
Aunque se puede ir en coche (Chillida Leku dispone de un amplio parking para unos 100 coches), nosotros decidimos ir en el autobús G2 que salía de la calle Okendo (parte trasera del Hotel María Cristina). Nos juntamos un grupete de fotógrafos y nos dirigimos a Hernani.
Cuando llegamos a Chillida Leku, los únicos que estaban allí eran los de seguridad. ¡Habían abierto Chilida Leku solo para nosotros!
Jardines del Chillida Leku
Según accedes por la puerta de principal, llegas a un jardín de 12 hectáreas donde están repartidas sus obras más grandes (aunque también hay alguna obra pequeña). Destacan sobre el resto, «Buscando la luz» de 27 toneladas y 9 metros de alto y «Lotura XXXII» de 60 toneladas.
Esta zona es ideal para, no solo ir viéndolas dando un paseo espectacular, sino para aprovechar a tocar las obras de Chillida y/o entrar dentro de alguna.
En la parte donde se encuentra el Caserío Zabalaga (parte alta del recinto de Chillida Leku) también se encuentra un espacio ajardinado, donde encontramos más obras de Chillida y un caserón. El día que fuimos se encontraban comiendo en ese caserón algunos de los mejores arquitectos de la zona así que nosotros, blogueros y fotógrafos, nos tuvimos que conformar con verla desde fuera.
Al único sitio que pudimos asomar la cabeza fue a una pequeña cabaña que parecía el lugar donde se guardaban algunos de los elementos del jardinero. ¡Hasta la cabaña me pareció bonita!
Caserío Zabalaga
El Caserío Zabalaga, del siglo XVI, lo compró Chillida en ruinas en el año 1982 y gracias a un proyecto de restauración que duró 12 años (1988-2000) junto con el arquitecto Joaquín Montero, consiguieron crear un gran espacio interior para albergar las obras más delicadas de Chillida (muchas de ellas realizadas en madera, alabastro o lana). Estas obras no soportarían las inclemencias del metereológicas de Euskadi…
La planta baja del caserío es un gran espacio que alberga las obras más grandes y, en la 1º planta, nos encontramos con varias salas que albergan diferentes obras y exposiciones (desde una exposición de estudios del cuerpo humano -pintura y escultura- hasta una exposición de fotografías del Peine del Viento).
Debo confesar que la restauración del caserío, sobre todo los elementos realizados en madera, me resultó casi tan excelente como las obras que allí se albergan. El Caserío Zabalaga fue una exaltación de los sentidos… ¡No sabía ni a dónde mirar!
Durante toda la visita a Chillida leku me dediqué a fijarme en las firmas que realizaba el arquitecto en las diferentes superficies de sus obras… ¡Menudo pasote!
Desde aquí sólo deseo que, por el bien de la humanidad, este Museo de Chillida Leku vuelva a abrir sus puertas.
Chillida Leku > Web
¡Impresionante! Un lugar que tengo la suerte de tener al lado de casa, pero que no he visitado aún. Enhorabuena por las fotografías, me encantan. Ojala lo abran pronto para que todxs podamos disfrutar esta maravilla.
Desde luego que es un privilegio poder visitarlo, y las fotos estupendas. Claro que el entorno es fotogénico eh
Si hay que ser justo, el gran mérito es del paisaje… :P
WOW! No sabía que era tan bonito e impresionante. Muy interesante Chalo!
Muchas gracias. Ojalá lo abran pronto… :)
¡oye qué bonito! Y menuda pena que esté cerrado porque da gusto que haya museos así al aire libre. Sólo me pregunto una cosa: ¿y las obras al mojarse con la lluvia no se dañan?
Eduardo Chillida es el autor de obras tan conocidas como el «Peine del Viento» que se ubica en San Sebastián (un conjunto de 3 obras y 2 de ellas están sobre el mar). Esas obras creo que ganan en belleza cuando las ves «trotadas». Supongo que por eso muchas de sus obras están a la intemperie (y eso que en Euskadi el 80% del año tenemos mal tiempo).
Si no es por eso, supongo que estarán fuera porque no sabrán dónde meter una escultura de 11 metros de alto, jajajaja. ;)-