La etapa entre Sarria – Portomarín la cogimos con ganas y fuerza seguramente por ser la primera que realizamos en estos últimos 100km del Camino de Santiago pero la meteorología no estaba acompañando.
Otro día de lluvia se nos iba a hacer duro y tras el ambiente que nos encontramos en Sarria, Portomarín lo encontramos más calmado. Toca nueva etapa…
PORTOMARÍN – PALAS DE REI [25,01km]
Salimos pronto del hostal y empezamos con bastante energía la etapa entre Portomarín – Palas de Rei (2º de los últimos 100km del Camino de Santiago) a pesar de que estuviese lloviendo a mares y nos tocase caminar con la capa.
Creo que el saber que Santiago de Compostela está tan cerca te da un plus de motivación bastante fuerte (y no me quiero imaginar lo que sienten los peregrinos que llegan desde Roncesvalles).
Gran parte del primer tramo de la etapa entre Portomarín – Palas de Rei se realiza sobre asfalto. Esto, en día de lluvia, hizo que fuese las primeras horas fuesen bastante tediosas porque además del agua que caía del cielo te mojaba el agua que levantaban los coches.
Celebramos 2 momentos: el momento que dejamos la carretera y nos adentramos en el bosque (aunque no duró mucho tiempo) y el momento en el que, tras 8km llegamos a Gonzar y paramos a tomar el merecido almuerzo.
Salimos a caminar de nuevo y nos encontramos bastante destemplados (sobre todo con los pies fríos). De entre todas las etapas del Camino de Santiago, posiblemente ésta haya sido la más dura (pero no físicamente).
Tanto es así, que al poco rato, tras unos 5km, decidimos volver a parar en la Taberna do Camino (O Hospital). La parada solo fue para tomar 2 cervezas pero parece que el sol decidió salir un rato y ayudarnos a secar las capas y las zapatillas.
Tras hacer la parada en O Hospital nos encontramos con la subida que nos llevaría hasta Monterroso. No sabemos si fue porque estábamos flojos mentalmente, por los pies mojados o porque en realidad fue dura, pero se nos hizo larga incluso sin levantar mucho la cabeza…
Pero el sol todo lo calma y empezamos a andar a un ritmo más estable. El cielo comenzó a abrirse y aproveché a hacer más fotos porque hasta ese momento, entre el miedo por fastidiar la cámara con la lluvia y el cansancio general, pocas fotos hice.
Nos encontrábamos tan animados que incluso decidimos dejar de lado algunos puntos de avituallamiento. En la foto, el bar Trisquel de Monterroso con el mojón que avisa que solo quedan 76,789km hasta Santiago de Compostela.
Eso sí, cuando pasamos por el Albergue/Bar «A paso do formiga» decidimos parar a tomar una cerveza. Mi padre recordaba haber parado aquí en uno de sus trayectos del Camino de Santiago y nos hacía ilusión parar allí también.
A los 5 minutos de haber parado en el Bar A paso do formiga se puso a llover y nos tocó ponernos la capa de nuevo y salir corriendo: la terraza estaba repleta y el interior se llenó enseguida de peregrinos queriendo comer.
Seguimos la marcha y vimos uno de los lugares más extraños de todos los que he visto en los últimos 100km del Camino de Santiago: las lápida del cementerio de la Igrexa de Santiago de Lestedo dan hacia la carretera.
No soy muy fan de la nueva tendencia turística denominada «necroturismo» y en general me dan bastante «yuyu» pero no me quiero imaginar lo que tiene que ser pasar por ahí de noche y con un poco de niebla gallega…
Como estábamos relativamente cerca de Palas de Rei y no paraba de llover, decidimos parar a comer en el primer lugar que pudiésemos y el restaurante «elegido» fue el Mesón A Brea (Tripadvisor).
No había menú de peregrino, pero el menú del día estaba muy bien: ensalada, pechuga y arroz con leche por 10€. ¡Y con comedor interior!
A la salida, miramos al cielo y vimos sol, nubes y orballo (el xirimiri gallego), así que nos pusimos la capa y el gorro de agua y nos dispusimos a andar los últimos 4km de la etapa entre Portomarín – Palas de Rei.
A Palas de Rei se accede por la Rúa do Cruceiro y casi el primer edificio que nos encontramos es la Igrexa de San Tirso.
La Igrexa de San Tirso fue románica (siglo XII) aunque tras la reforma del año 1955 solo conserva su portada primitiva. Junto a la puerta se encuentra una imagen de la Virgen del Socorro y el retablo de la capilla mayor es de estilo neoclásico.
Aprovechamos que se encontraba abierta para sellar nuestra credencial de peregrino y verla por dentro.
Bajamos al casco histórico por la rúa da Igrexa y llegamos a nuestro alojamiento en Palas de Rei. A pesar de que el hostal Camió tuviese restaurante propio, decidimos reservar para cenar en el restaurante A Nosa Terra (Tripadvisor).
Tras la merecida ducha y la consiguiente entrada en calor, salimos a dar una vuelta para conocer un poco Palas de Rei y así hacer hambre para la cena.
En realidad poco turismo pudimos hacer porque la Igrexa de San Tirso nos la encontramos cerrada y es uno de los principales atractivos turísticos del casco histórico de esta localidad (el Castelo de Pambre se encuentra a 9km y La Iglesia de Vilar de Donas a unos 7km).
Una tradición no escrita dice que el momento de comer por primera vez pulpo haciendo el Camino de Santiago es el Melide. A pesar de eso, y viendo la pinta que tenía el pulpo del restaurante A Nosa Terra (Tripadvisor), decidimos probarlo una etapa antes y fue todo un acierto.
Además, pedimos para compartir una ensalada, una tortilla de patata pequeña, el pulpo a feira y esta empanada que estaba pasada por el horno y que me encantó.
¡Volvería a hacer el Camino de Santiago para comerla!
Alojamiento Portomarín: Hostal Pons Minea
Alojamiento Palas de Rei: Restaurante-Casa Camiño
Dejo los datos de la etapa2 de los últimos 100km del Camino: «Portomarín – Palas de Rei» que registró mi reloj Huawei GT:
Desde el mapa con el kilometraje, hora de salida y la duración total de la etapa (contando desde la salida del alojamiento de origen hasta la llegada al alojamiento de llegada sin detenerlo -aunque paremos a comer un pintxo o comer, el reloj sigue en marcha-), hasta nuestro ritmo, frecuencia cardiaca, pasos, desnivel, etc.