Una de las experiencias que más me gustó en mis recientes vacaciones en Fuerteventura fue la de visitar la isla de Lobos desde Corralejo. Las principales razones para visitarla son sus aguas cristalinas, su precioso puertito y la tranquilidad que se respira, ya que se trata de un Parque Natural.

¡No pensaba que habría tanto que ver en la isla de Lobos!

El islote de Lobos tiene una extensión de unos 6 km² de superficie, 14 km de litoral, su altura máxima se localiza en La Caldera (127m de altitud) y está situado a 2km al norte de Fuerteventura y 8km al sur de Lanzarote.

Visitar la isla de Lobos

 – Autorización para acceder al islote de Lobos

Para proteger los recursos del islote y debido a la fragilidad de los mismos, el Plan Rector de Uso y Gestión del año 2006 establece una capacidad máxima de 200 visitantes de forma simultánea.

Para controlar esta capacidad, desde 2019 la visita a la isla de Lobos requiere de una autorización (gratuita, personal e intransferible, y totalmente independiente del medio de transporte).

La autorización para acceder al islote de Lobos se tramita desde la página de LoboPass aunque a mí me la tramitó la compañía del ferry a la hora de reservar la visita (gestión incluida en el precio).

Autorización para acceder al islote de Lobos | LoboPass

 – Cómo llegar a la isla de Lobos

El islote se encuentra a 2km del Municipio de Corralejo por lo que la forma más habitual de visitar la isla de Lobos es en ferry desde Corralejo (estando allí, también vi gente que llegaba en water-taxi, kayak, lancha privada y en moto de agua).

La salida del ferry se hace desde el puerto de Corralejo (junto al bar La Lonja) y son varias compañías las que ofrecen el servicio (y a varios horarios). Nosotros elegimos «Majorero», un precioso barco de color blanco y esmeralda.

Desde Corralejo hasta la isla de Lobos son unos 20 minutos de trayecto y dependiendo del viento, el océano Atlántico estará más o menos tranquilo (y el viaje se hará más o menos «interesante»).