En realidad este post se debería llamar: «el día que me perdí por el mercado de las flores de Calcuta y tardé cerca de 2 horas en salir. Luego decidí volver a perderme queriendo. Todo eso, mientras Andoni estaba ingresado en un hospital con una infección en la vesícula.» O algo así.
El mercado de las flores de Calcuta, llamado Mullik Ghat por los habitantes de la ciudad, se encuentra orillas del río Hoogly, se inicia justo en uno de los extremos del puente Howrah (oficialmente Rabindranath Tagore).
El puente Howrah es uno de los símbolos de Calcuta y uno de los puentes más transitados del mundo: soporta un tráfico diario aproximado de 150 mil vehículos y 4 millones de peatones. A día de hoy aun recuerdo el grito que me pegó un señor agente por quedarme un rato quieto haciendo esta foto al mercado de las flores desde las alturas…
Fui temprano al mercado para encontrar las flores más frescas y, tras la vista aérea desde el puente Howrah, decidí bajar al meollo. Enseguida me sentí abrumado por los colores y los olores.
Iba con miedo porque soy alérgico al polen pero en ningún momento sentí los ojos llorosos ni el moquillo suelto. En India me estaba haciendo inmune a casi todo (o no tenían polen, que también puede ser).
Comencé a pasear por los pasillos de 1 metro escaso de anchura y fui observándolos puestos de flores a ambos lados. La mayoría eran muy parecidos entre sí: tenían pétalos y flores naranjas, amarillas y rojas, en collares o en montones -para hacer los collares uno mismo-, porque son las flores que utilizan para honrar a sus dioses. Incluso a última hora, las mujeres los lanzan al río Hoogly en señal de ofrenda.
Cuanto más avanzaba el día, más gente había allí.
Al final te movías por los pasillos por inercia y si cometías la imprudencia de pararte para hacer una foto y dejar un espacio, los que venían en sentido contrario aprovechaban la oportunidad y se hacían con el poder del pasillo. Eso, o aplicabas tus (pocos) conocimientos de baloncesto para aplicar un bloqueo o hacer un hueco en la zona.
A media mañana, cuando el sol empieza a apretar un poco más, empiezan a llegar los reponedores de flores porque muchas de ellas ya se han vendido y las flores que están desde primera hora empiezan a quedarse un poco mustias.
El trajín empieza a ser infernal y puede ser buen momento para abandonar el mercado de las flores de Calcuta. O por lo menos, así lo hice yo.