Tras veintitantos años siguiendo y cumpliendo los objetivos marcados por nuestra sociedad, Aitor y Adrián, economista y enfermero, decidieron dejar sus trabajos para lanzarse a la aventura: viajar por el mundo.
Tras un tiempo viajando juntos (7 meses), los blogueros al mando del blog «non gogoa, han zangoa» decidieron separarse: Adrián recorrió 14 países en 335 días y Aitor visitó 19 países en 360 días.
https://www.youtube.com/watch?v=GtBHL-jpvew
PRE VUELTA AL MUNDO
· ¿Qué razones os movieron a realizar la Vuelta al Mundo?
Adrián: Para mí, principalmente fue la oportunidad de experimentar algo nuevo lo que me movió a realizar el viaje, no sabía exactamente el qué me reportaría, pero tenía claro que no podía dejar escapar aquel tren y saciar mi deseo de aprendizaje y descubrimiento. Puede que suene a topicazo, pero aquello que se dice de: “cuando estés en tu lecho de muerte, pregúntate qué te gustaría haber hecho” siempre me ha dado quebraderos de cabeza, y aún me los sigue dando.
Aitor: Muy de acuerdo con Adrián, la vida es esa cosa escurridiza que descuenta instantes sin perder la cuenta, y vivir una experiencia vital de esta envergadura es una manera genial de sacar el máximo jugo a la vida.
• ¿Cuándo nació la idea de hacer este viaje y cuánto duró su preparación?
Aitor: La idea nació a la vuelta de una escapada que hice a Finlandia. Allí, otros tres amigos y yo intentamos hacer la llamada “Ruta del Oso”, en los bosques de Laponia, cerca de la frontera con Rusia. El sendero estaba cubierto por una capa de nieve superior a un metro de espesor, y nos perdimos, teniendo que pasar la noche al raso a una temperatura de -15ºC. Esa noche algo se movió dentro de mi, y decidí que quería vivir aventuras todos y cada uno de los días de mi vida.
Adrián: Al volver de Finlandia, una noche de jueves en Bilbao, entre cañas, soltó la idea, y en un principio, los cuatro amigos que estábamos presentes aceptamos el reto de dar la vuelta al mundo. Esto fue allá por abril de 2014, durante el verano se aparcó un poco la idea y no se habló en exceso del tema, cada uno hicimos un proceso interno y fuimos madurando la idea, hasta que finalmente sólo quedamos Aitor y yo.
La preparación, no la recuerdo muy costosa, en su día nos trajo algún que otro quebradero de cabeza; dónde empezar, que ruta seguir, coger los vuelos de inicio o no, el tema de los visados, qué llevar en la mochila, si ir con seguro de viaje o no y cuál de ellos elegir, por cuánto tiempo nos iríamos, cómo financiárnoslo, cómo nos las arreglaríamos solos por el mundo…. y así, un sinfín de preguntas que poco a poco fuimos resolviendo a medida que indagábamos más en la preparación.
A pesar de todo, por mucha preparación que le dediques no hay que jamarse el tarro en exceso. Conviene tener un esquema estructurado sobre la ruta o que llevar en la mochila, por ejemplo. Es imposible tener todo preparadísimo al detalle antes de partir, así que con que tengas el vuelo de ida y todas las ganas de comerte el mundo es suficiente, el resto, ya llegará; habrá tiempo de comprar nuevos billetes y rehacer la ruta, o de comprar algo de ropa y regalar otra, o de trabajar en algún punto del camino para tener nuevos ahorros y seguir viajando.
• ¿Qué pensaron de la decisión vuestros familiares y amigos?
Adrián: Para los amigos fue genial, lo vivieron casi con el mismo entusiasmo que nosotros, para la familia no tanto, hubo bastantes tensiones en casa los meses previos a irnos, no podían aceptar nuestra idea y de ningún modo compartían nuestras ganas de explorar mundo. Aún así, con el tiempo vieron el beneficio que nos estaba reportando el viaje y gracias a la tecnología, hemos podido estar en contacto sin problemas, de modo que nuestra ausencia ha sido más llevadera en la medida de lo posible.
Aitor: Los familiares tenían miedo de que nos pasase algo, de que nos convirtiéramos en dos almas errantes, etc. A su parecer, con la situación de crisis que había éramos dos locos que dejaban su trabajo para cumplir un sueño. En occidente no vemos más allá de nuestras narices, y nos creemos al pie de la letra lo que nos cuentan en la tele, por eso existe la falsa creencia de que aquí vivimos en un entorno genial y que fuera de aquí todo es peligroso.
• ¿Cómo os organizasteis? ¿Qué ayudas tuvisteis?
Adrián: Al principio las ideas de qué hacer en el viaje y cómo hacerlo son muchas, finalmente y por intuición te decantas por una y la llevas a cabo.
Aitor: Llegó un punto en el que teníamos más o menos claro cuales eran los países que queríamos ver, y la duda de por dónde empezar la resolvimos atendiendo al clima; intentamos seguir al sol y evitar las lluvias. También decidimos comprar el billete de ida a Nepal e ir viendo; teníamos el plan pero éramos flexibles, no teníamos nada atado. Otras cuestiones como qué llevar en la mochila, qué seguro de viaje contratar y demás las resolvimos hablando con amigos de amigos que tenían experiencia en viajes por tierras lejanas. De todas formas, es muy complicado hacerte una idea de qué te depara o a qué te enfrentas hasta que no llegas a destino.
A través del blog, se vendieron camisetas y hubo un apartado de donaciones para quien quisiera ayudarnos, resultó ser bastante productivo y nos sirvió de ayuda en diferentes puntos del viaje. Nuestra buena amiga Irati nos ayudó a gestionar todo este tema.
VUELTA AL MUNDO
· ¿Qué se siente cuando se está a punto de embarcar el primer día?
Adrián: Entusiasmo, nervios, inquietud, miedo… un cúmulo de sensaciones contrapuestas.
Aitor: Yo estaba tranquilo, ya había viajado bastante antes de meterme en esta aventura. Iba más preocupado por que Adrián estuviese bien, pero no tenía ni idea de dónde me estaba metiendo, intentaba hacerme a la idea pero nada; era un inocente jajaja.
· ¿Es caro un viaje como estos? ¿Encontrasteis algún tipo de financiación (ya sea antes de la salida o durante el viaje)?
Todo depende de en qué quieras invertir tu dinero, hay gente que se lo gasta en consumir más los fines de semana o comprarse cosas durante el año, otros prefieren ahorrar todo lo posible para viajar. Simplemente depende de en qué quieras invertir tu dinero, decidir qué te gusta e ir a por ello.
Nosotros tiramos de ahorros y a mitad de viaje paramos tres meses en Australia para trabajar.
No hay dinero que pague lo que aportan las vivencias que hemos tenido durante este año, existe una idea falsa de que viajar es carísimo, y efectivamente un “resort” con todo incluido es carísimo, pero eso no es lo que busca un mochilero, encontrar las opciones más baratas fue nuestro objetivo.
Existe la posibilidad de trabajar fuera una temporada y continuar viajando, son muchos los países que ofrecen la opción de hacer un “working holiday”, trabajar durante unos meses realizando tareas duras pero bien remuneradas es un recurso muy utilizado por los viajeros. Y lo mejor de todo es que funciona.
· ¿Qué idiomas habláis? ¿Tuvisteis algún problema de comunicación durante el viaje?
Adrián: Aitor controlaba el inglés a la perfección antes de salir, yo no tenía tanto nivel y aunque supiera las cosas gramaticales que aprendí en la escuela e instituto, al principio me costaba coger el hilo de las conversaciones e interactuaba menos, pero es un proceso que hay que pasar y merece la pena, en un entorno en el cual no te quedan más narices que aprender otro idioma, lo hacemos increíblemente rápido.
En algunos países tienen poca, o ninguna idea de inglés; no se puede considerar un problema comunicativo, porque siempre te acabas entendiendo de un modo u otro, pero puede llegar a ser un pequeño inconveniente.
Aitor: Adrián es como una esponja y aluciné la rapidez con la que aprendió inglés, me preguntaba continuamente “¿Aitor, cómo se dice esto? ¿Aitor, qué significa esto?”, y hasta se descargó una aplicación en el móvil para aprender los phrasal verbs, ¡UN CRACK!
La verdad es que se disfruta mucho más cuando se puede compartir conocimiento y opiniones con la gente local y otros viajeros. Aun así, no es necesario saber inglés, yo viajé por África con Christian, un canario que lleva casi 3 años viajando por el mundo, y no sabe hablar inglés. Existe un idioma internacional; el de la sonrisa :)
• ¿Qué llevabais en la mochila? ¿Qué cosas marcaríais como imprescindibles?
Adrián: Salimos de Bilbao, prácticamente con lo puesto, una mochila con los enseres básicos y algo de ropa de abrigo para el principio del viaje en Nepal, ya que íbamos a hacer el trekking del Annapurna en el frío Himalaya.
Marcaría como imprescindible tus propias ganas de crecer y estar abierto a aprender cosas nuevas, aceptar lo que te venga con optimismo, no existe un imprescindible material que no puedas encontrar en otro sitio del mundo.
Recomendamos llevar lo mínimo, siempre hay tiempo de comprar y desechar o intercambiar ropa con alguien, en función del clima o las circunstancias que haya. Cargar con una mochila demasiado pesada, a la larga es un lastre importante y un quebradero de cabeza.
Aitor: Lo acaba de decir Adrián, pero lo repito porque la de qué llevar en la mochila es una de las grandes dudas: lleva lo básico, si te hace falta cualquier cosa la podrás comprar por dos duros en cualquier lado.
Poniéndome en plan madre os recomendaría llevar las pastillas de la malaria, que son caras y sé que en algunos países hace falta receta médica para conseguirlas; nosotros llevamos un pequeño botiquín que ocupaba y pesaba muchísimo, pero que no usamos. Cuando estés haciendo la mochila y pienses “Bueno, esto me lo llevo por si acaso”, déjalo en casa, no te lo lleves, lo ideal es que la mochila pese unos 7 kilos o aproximadamente un 10% de nuestro peso corporal. Lo realmente importante es llevar la mochila llena de ganas de conocer y aprender, abrir tu mente a lo que venga y fluir; sin calzoncillos se puede sobrevivir, sin eso no vas a ningún lado.
· ¿Por qué quisisteis contar vuestro viaje en un blog?
Aitor: Cree el blog “Non gogoa han zangoa” porque me pareció la mejor manera de dar visibilidad a nuestra experiencia. Podía tener un doble objetivo: por una parte, mostrar a la gente que el mundo es un lugar maravilloso y que hay mil maneras de vivir la vida, que trabajar hasta la jubilación y renunciar a tus sueños no es el único camino, y por otra parte, abrir la puerta a que los lectores pudieran ayudarnos y alentarnos. Yo trabajé en una red de blogs y sabía más o menos cómo montar y llevar un blog. A posteriori descubrí que me gusta escribir y que cuando estoy inspirando las palabras brotan solas de mis manos, aunque requiere tiempo y a veces mientras los demás se tomaban una cerveza y charlaban yo tenía que irme a una esquina a escribir y luego mendigar WiFi para poder publicarlo.
· ¿Qué equipo fotográfico llevabais en la vuelta al mundo, cuántas fotos habéis hecho y cómo os organizabais para guardarlas, procesarlas y subirlas al blog?
Adrián: Llevamos una cámara de fotos compacta, los móviles y una GoPro, junto con el portátil de Aitor, que hacía las veces de almacén de fotos y plataforma para escribir y subir los post al blog.
Después, cuando nos separamos para viajar por nuestra cuenta, yo me compré un portátil y otra GoPro. En este portátil, entre fotos y vídeos tendré alrededor de 4.000 archivos.
Aitor: Si vuelvo a hacer otro gran viaje de estos, cosa que me gustaría y contemplo como opción, me gustaría hacer un curso de fotografía y edición de vídeos antes.
• ¿Cuál ha sido vuestra mejor foto?
Adrián: Recuerdo la que nos sacamos a 5.416 metros de altura en el Thorong La Pass, la del Taj Mahal en India, una de mi cumpleaños en Sri Lanka y una en Australia cuando nos despedimos después de 7 meses de viaje en los que compartimos todo (cabecera de la entrevista).
Estas son las que recuerdo a bote pronto, les tengo un especial cariño sentimental, marcan mis recuerdos incluso pasado un año de haberlas hecho, y lo harán toda mi vida.
Aitor: Pregunta complicadísima, las que nombra Adrián a nivel sentimental son la leche, cargadísimas de significado. Que salgamos los dos juntos también me gusta una que nos hicimos en Hampi y que actualmente es la foto de perfil de nuestra página de Facebook. A nivel artístico y de haber estar flipando con lo que veía cuando las hice me gustan más algunas fotos de flores que saqué en Australia, la de los pescadores y los niños monje en Myanmar, la del tuareg en el desierto del Sahara, la del amanecer en Botswana, la cascada en Lesoto, los niños de la tribu Himba, etc.
Podéis ver nuestras fotos tanto en el Instagram como en el Facebook de Non gogoa han zangoa.
· Cuéntanos un poco cómo os organizabais el día a día durante vuestra vuelta al mundo, cuándo decidisteis cambiar de lugar y por qué.
Adrián: Los lugares que visitábamos normalmente eran, bien por recomendación de otros viajeros, por lo que leíamos en blogs de viajes o guías, o bien porque nos lo recomendaba la gente local. El día a día era conocer gente nueva, visitar sitios de interés variado, descansar o planear nuevas cosas.
Tienes toda la libertad del mundo para coger vuelos y cambiar de país, o para moverte de un sitio a otro. De modo que, si en un sitio nos apetecía descansar y estar una semana sin movernos lo hacíamos, o si queríamos huir de una ciudad que no nos transmitía buenas vibraciones de igual manera nos íbamos.
Normalmente estábamos alrededor de 3 días en un mismo sitio.
Aitor: A veces pasa que vas a un sitio con la idea de quedarte 2-3 días y terminas quedándote una semana porque te encanta, te sientes a gusto y te lo estás pasando genial. Y otras veces pasa todo lo contrario.
Normalmente huíamos de las ciudades y nos quedábamos más de lo esperado en zonas rurales y zonas costeras.
• ¿Cuál fue el itinerario y la duración de vuestra Vuelta al Mundo?
Adrián: Viajé durante 11 meses seguidos recorriendo 14 países: Emiratos Árabes Unidos (escala de 10 horas que aprovechamos para ver Dubai), Nepal, Sri Lanka, Maldivas, India, Tailandia, Myanmar, Australia, Filipinas, Taiwan, Hong Kong, Japón, Alemania y Francia.
Aitor: Yo dividí el viaje en dos secciones; casi 8 meses por Asia y Australia, y casi 4 meses por África. Visité 19 países: hasta Australia con Adrián, y después Indonesia, Singapur, Malasia, Marruecos, Sudáfrica, Botswana, Namibia, Zimbabwe, Zambia, Lesoto y Mozambique.
· Dicho esto, ¿qué país quitaríais de la lista y cuál os quedasteis con las ganas de visitar?
Adrián: No habría ido a Hong Kong, muy internacionalizado, gente estresada, tráfico, edificios altísimos, centros comerciales por todos lados, etc.
Me quedé con muchas ganas de visitar varios países de oriente medio y alguna de las islas que pueblan el pacífico. Es difícil concretar más, pero tengo especial interés en ir a Irán y Uzbekistán, también de visitar algunas islas del pacífico como Polinesia Francesa, Samoa o Isla de Pascua.
Aitor: Yo la verdad es que no quitaría ninguno de la lista, cada uno me aportó algo distinto. Me he quedado con las ganas de visitar los mismos países que Adrian, y sumaría Latinoamérica a la lista, ya que solo he estado en México.
• ¿Qué lugar del mundo os fascinó?
Aitor: Es la típica pregunta que nos hace todo el mundo, y mi respuesta siempre es la misma; no puedo elegir uno, cada país me ha aportado algo distinto, he vivido las mayores aventuras de mi vida en Botswana, he alucinado con la imponente grandeza de las montañas en Nepal, me sentí conectado con la madre tierra en selva de Indonesia, viajar por India fue como ir a otro planeta, Dubai y Singapur me enseñaron el lujo y el derroche, Myanmar y Lesoto fueron un viaje en el tiempo, Sri Lanka tiene un poco de todo y Australia me ha parecido el lugar ideal para vivir.
Adrián: Para mí, si tuviera que destacar uno entre varios, INDIA. Aunque también Japón, Filipinas y Sri Lanka quedan cerca en el ranking.
· Entiendo que os habréis juntado con muchos viajeros, pero ¿os habéis encontrado algún viajero de por aquí? ¿Cómo fue el encuentro?
Adrián: Unos cuantos, especialmente en Australia, en el hostel donde nos alojamos había muchos y siempre es agradable encontrarte con gente de casa, con la que compartes costumbres, idioma, forma de ser y hasta música.
Aitor: En Nueva Delhi (India) saludamos en euskera a una mujer que vestía la camiseta del Athletic, en las cuevas de Ajanta (India) nos encontramos con dos chicos de Rentería y en Pai (Tailandia) nos encontramos con una chica de mi universidad.
· ¿Cuál es la anécdota más graciosa que os ha pasado durante el viaje?
Aitor: En India, íbamos en tren, en el mismo compartimento con una familia India. Adrián hablaba y bromeaba con ellos mientras yo estaba en la litera de arriba escribiendo para el blog como un autista cuando de repente llegó un chico indio, bien vestido, y que hablaba más o menos inglés. El chico siguió el mismo ritual que siguen todos los indios: sacarse fotos con nosotros, pedirnos el Facebook, etc. Cuando llegamos a destino, el chico se bajó y nos olvidamos de él hasta que al de un par de días le escribió a Adrián por el Facebook pidiéndole sexo.
Teniendo en cuenta el nivel de represión sexual que padecen en India, y la cantidad de veces que se rieron de nosotros por pensar que éramos gays, este suceso fue bastante alucinante y gracioso.
· ¿Tuvisteis algún contratiempo en vuestra aventura?
Aitor: Teníamos un par de pequeños contratiempos a diario, al final estás todo el día haciendo cosas nuevas en entornos desconocidos, y te pasa de todo; es casi imposible que las cosas te salgan perfectas a la primera, olvídate de eso. Contratiempos leves tuvimos varios; a Adrián le atacó un mono en India y se tuvo que dar la vacuna del tétanos, también se torció un tobillo, tuvo una reacción alérgica en Filipinas, yo tuve un par de diarreas, etc. Otra anécdota interesante es que tuvimos que tomar un taxi para recorrer los 700 kilómetros que separan Varanasi de Calcuta, porque el tren venía con 6 horas de retraso e íbamos a perder el vuelo a Tailandia sino, la broma nos costó 250 euros. En Myanmar, al salir de un taxi, Adrián abrió la puerta justo cuando pasaba otro coche pegado al nuestro; al final tuvimos que pagar 40 euros para evitar males mayores.
Contratiempos serios de verdad diría que solo dos: cuando nuestro amigo austriaco casi muere en el Annapurna y cuando se nos estropeó el todoterreno en el Delta del Okavango. También presencié un tiroteo en Sudáfrica, que suena muy impresionante, pero que al final no fue para tanto.
· ¿Alguna vez os pasó por la cabeza dejarlo todo y regresar?
Aitor: Durante los primeros 10 días yo lo pasé bastante mal, el choque cultural fue tremendo, y la pobreza junto con el nivel de polución me removieron bastante, me hacía preguntas como “¿Me habré confundido?”, “¿Tendré que volver a casa?”, pero en seguida nos fuimos a las montañas del Himalaya para hacer el trekking del Annapurna y aquello fue un punto de inflexión en mi vida.
Cuando llevábamos 7 meses fuera, justo cuando empezamos a viajar por nuestra cuenta, después del parón de 3 meses para trabajar en Australia, empecé a no sentir lo mismo, y por diversas razones, decidí volver a casa para pasar aquí el verano. En septiembre me puse de nuevo en marcha, y tuve la oportunidad de descubrir África, que si no hubiese vuelto en verano a casa, ni se me hubiese pasado por la cabeza explorar; así que no hay mal que por bien no venga.
• ¿Cómo manteníais el contacto con la familia/amigos?
Adrián: Afortunadamente las opciones de comunicación son variadas actualmente, las redes sociales te conectan instantáneamente con la otra punta del mundo ¡Lo que hace el Internet!
Aitor: También mandábamos postales desde tierras lejanas, en plan romántico. Me encanta mandar y recibir postales.
POST VUELTA AL MUNDO
· ¿Qué consejos daríais a alguien que quiera hacer un proyecto similar?
Aitor: Que se lance a la aventura, se olvide de los miedos y un día simplemente se levante de la cama y diga “me voy”. Pienso que si alguien realmente quiere vivir una experiencia de esta envergadura, antes o después lo hará, es muy complicado contener las ganas.
Aun así, hay que tener en cuanta una cosa; siempre hay un día después. Llega el día en el que toca subirse al avión y volver a casa, y creedme, eso es sin duda lo más duro, volver y ver que no encajas de ninguna manera. Si estás dispuesto a asumir que la aventura se va a terminar, y vas a volver a lo mismo de lo que ahora huyes… ¡dale caña!
• ¿Qué reflexiones habéis hecho tras el viaje? Esta experiencia, ¿ha cambiado en algo vuestra vida?
Aitor: Nosotros hemos cambiado mucho, viajando vives diariamente situaciones de lo más variopintas que rompen uno a uno todos los esquemas preconcebidos que tenemos. En el post “10 cosas que he aprendido al viajar durante un año por el mundo” expongo las reflexiones más potentes que he tenido y los cambios que he notado en mí.
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