Coincidí con Javier y Esther en el curso que realizaron los chicos de «lavueltaalmundo.net» en Donostia. El azar (o no) hizo que el primer día estuviésemos buscando un lugar barato donde comer y, a partir de ahí, solo nos quedó escuchar las innumerables aventuras que contaban.
JAvi y esTHER (JATHER) desgranan en su blog Jatherxelglobo su gran aventura: la vuelta al mundo de 13 meses que realizaron durante el 2006 y 2007.
PRE VUELTA AL MUNDO
• ¿Qué razones os movieron a realizar la Vuelta al Mundo?
Esther: Por un lado fue como un premio en forma de reto, premio porque viajar para mí es uno de los placeres que más me hacen disfrutar de la vida y reto por las dudas que suscitan en la cabeza sobre las capacidades que uno tiene para llevarlo a cabo. Por otro lado fue la necesidad de desintoxicar la mente tras la vivencia de unos años duros, esto hizo gestar la gran razón “realizar la Vuelta al Mundo” hasta completarla, a no ser que encontrásemos un sitio mejor donde vivir, que encontráramos nuestro Paraíso particular.
Javi: Seguramente, la curiosidad de conocer otros lugares, culturas diferentes y, por supuesto, su gente, pero sobre todo, la necesidad de coger aire, de alejarme y ver las cosas en perspectiva… De poder asimilar lo vivido durante un lustro después de un accidente. Llegué a un punto en mi vida que sentía que me ahogaba aquí. No me sentía vivo.
• ¿Cuándo nació la idea de hacer este viaje y cuánto duró su preparación?
E: Tenía un buen amigo en Francia que tenía el sueño de dar la vuelta al mundo y estuvo preparándose junto con otro amigo durante más de un año, pero lamentablemente nunca llegaron a cumplir ese sueño. A pesar de tener el gusanillo de viajar desde que cumplí los 18, ese sueño en concreto para mí era inalcanzable, se trataba del sueño de mi amigo. Cuál fue mi sorpresa cuando Javi, ni corto ni perezoso me propone acompañarle a dar la vuelta al mundo. No me costó mucho asimilar la información y en breve convertí en mío el sueño dar la vuelta al mundo. Poner todo listo para emprender la marcha nos llevó unos 3 meses.
J: La idea puede que hace mucho tiempo que circulara por mi cabeza, creo que siempre ha estado ahí, pero llegó un momento en mi vida en la que me focalicé totalmente en ello, me hacía sentirme bien y olvidar por lo que estaba pasando, pero la idea tomó forma tres meses escasos antes de comenzar la aventura.
• ¿Qué pensaron de la decisión vuestros familiares y amigos?
E: Ya tenía acostumbrados tanto a mi familia como a los amigos a que estuviera en el extranjero. Durante 4 años estuve viviendo en Francia, en Inglaterra y siempre que podía viajaba. Supongo que aunque no eran conscientes realmente del tipo de experiencia que sería dar una vuelta al mundo, no les extrañó.
J: Creo que les dejé un poco confusos e incrédulos, sobre todo teniendo en cuenta todo lo vivido los años pasados, pero sin más. Nos fuimos sin hacer mucho ruido. Todo fue demasiado rápido, no tuvieron tiempo de reacción.
• ¿Cómo os organizasteis? ¿Qué ayudas tuvisteis?
E: Listamos todo lo que acontece en un año (estando tanto en casa como fuera) e incluyendo posibles imprevistos: Renta, impuestos, correos, seguro de viajes, vacunaciones, poderes, etc… Internet ha evolucionado mucho en poco tiempo pero cuando dimos la vuelta al mundo, no había tanta facilidad para conseguir información. Antes de iniciar el viaje, dejamos en poder de mi hermano un fantástico, enorme y pesado libro de Lonely Planet, ‘Viajar por el mundo, un recorrido por todos los países de la A a la Z’. De esta manera solicitábamos vía mail la ‘ficha País’ de los países que podrían formar parte de la ruta, para poder elegir.
J: Hicimos una previsión de fondos inicial, vendimos algunas cosas, alquilamos nuestra vivienda… Y aunque no teníamos muy claro hasta donde llegaríamos, ni los lugares que visitaríamos, ni el tiempo que estaríamos viajando -pensamos que un año podía estar bien, pero tampoco era lo más importante-, si es cierto que, por lo menos, teníamos bastante claro lo que no queríamos y pensamos que ya era un gran principio como para lanzarnos a la aventura. Ayudas no recibimos ninguna, un viaje totalmente autofinanciado, con toda la libertad de movimiento, nosotros y nuestras circunstancias, el resto, era todo un enigma que tendríamos que descubrir.
VUELTA AL MUNDO
• ¿Qué se siente cuando se está a punto de embarcar el primer día?
E: Algo parecido a lo que se siente cuando estás haciendo cola para subirte a una enorme montaña rusa. Emoción, miedo y un torrente de adrenalina se mezclan sin sentido dentro de uno como si se tratara de una exhibición de fuegos artificiales.
J: Se siente excitación, nerviosismo, miedo a lo desconocido, mariposas en el estómago, no sé, el cóctel de sensaciones es brutal. Resumiendo (risas): Acojono puro y duro, pero con altas dosis de adrenalina en sangre.
• ¿Es caro un viaje como estos? ¿Encontrasteis algún tipo de financiación (ya sea antes de la salida o durante el viaje)?
E: Todo depende de tu forma de viajar pero sin contar los transportes, gastas menos que estando en casa si compaginas estancias cortas en países ricos de alto poder adquisitivo y estancias dilatadas en países no tan favorecidos.
J: Todo es relativo y dependiendo a quien se lo preguntes su percepción sobre caro o barato cambiará, pero en nuestro caso, fue más barato de lo que pensábamos. Nos sorprendimos, para bien, de lo buenos economistas que estábamos hechos. Y si además tenemos en cuenta todo lo que nos ha aportado la experiencia, sólo podemos decir que es la mejor inversión monetaria que hemos hecho hasta la fecha y la más rentable. ¡Y totalmente autofinanciada!
• ¿Qué idiomas habláis? ¿Tuvisteis algún problema de comunicación durante el viaje?
E: Hablo fluido castellano, inglés, francés y chapurreo italiano. En general no tuve problema alguno en comunicarme aunque sí que es cierto que en China y en Japón, no te sirven ni el inglés ni el francés. Sorprendentemente en Japón, encontramos más gente que hablaba castellano que inglés.
Tradicionalmente siempre ayuda a hacerse entender gesticulando mientras se habla y si fuera necesario, dibujando en un papel o mostrando alguna foto de lo que se quiere.
J: En mi caso, castellano y el inglés justo para pasar el día (risas). También algo de euskara, pero no me sirvió de mucho. La especialista en idiomas del equipo, queda claro que fue y es Esther, que sumado a su innato «don de gentes» la convierte en la mejor relaciones públicas que uno pueda tener.
• ¿Qué llevabais en la mochila? ¿Qué cosas marcaríais como imprescindibles?
E&J: Llevábamos lo justo y necesario, una mochila con ruedas de unos 10kg cada uno, muy práctica porque si necesitábamos colgarlas a nuestras espaldas se podía hacer sin problemas, pero si no rodaban por el suelo. Muy recomendables. Y dentro de ellas lo normal que se llevaría en estos casos.
También llevábamos otra pequeña mochila con las cosas que necesitábamos tener a mano, equipo fotográfico por ejemplo, pero todo muy ligero.
Como imprescindibles, para nosotros, un saco sabana, botiquín y prendas técnicas que pesan poco y solucionan muchos problemas en cuanto a climatología se refiere, sirva de ejemplo un pijama térmico o una prenda para la lluvia y viento, ligera y resistente.
• ¿Por qué quisisteis contar vuestro viaje en un blog?
E: El blog, por llamarlo de alguna forma, ya que solo fue un espacio fotográfico que durante el viaje nos sirvió como prueba de vida para que la familia pudiera ver con sus propios ojos que estábamos en plena forma o al menos que seguíamos “vivitos y coleando”. También fue una forma de tener resumida la experiencia de nuestro paso por cada país visitado, claro.
J: Realmente eso nunca pasó, simplemente, como dice Esther fue la forma de tener tranquilos a la familia y amigos. Después, una vez en casa y a raíz de la publicación de nuestro libro «13 meses y un día no es una condena«, donde contamos nuestra experiencia durante dicho viaje, le fuimos dando forma hasta convertirse realmente en un blog de viajes.
• ¿Qué equipo fotográfico llevabais en la vuelta al mundo, cuántas fotos habéis hecho y cómo os organizabais para guardarlas, procesarlas y subirlas al blog?
E: Yo llevaba una cámara compacta Pentax Optio, pero el especialista en fotografía del equipo era y sigue siendo, Javi.
J: Llevaba una Nikon Coolpix 8800 con varios objetivos intercambiables y accesorios varios.
Durante el viaje llegué a realizar unas 50.000 imágenes, que después de la criba se quedaron en algo menos de la mitad. Para guardarlas llevaba una memoria extraíble -lo mejor que había en el momento, año 2006- con capacidad para 20 Gigas. Una miseria comparada con los dispositivos y posibilidades actuales, pero una buena muestra para poder darse cuenta del ritmo al que han evolucionado las tecnologías. Y como eso se nos quedaba muy corto, no quedaba otra que grabar en CD’s y enviarlos a casa por correo. Para colgarlas, sin más, sin edición alguna, directamente al blog desde algún ciber.
• ¿Cuál ha sido vuestra mejor foto?
E: Mi mejor foto -realizada con la cámara de Javi- la conseguí en Vietnam. Se la hice a una abuelita fumando.
J: Mi mejor foto… no sé, es complicado decidirse por una entre tantas. Mejor digo cuál es una de las que más ha gustado en las exposiciones que he tenido el placer de realizar: Pueblo de pescadores en la Bahía de Halong, también en Vietnam.
• Cuéntanos un poco cómo os organizabais el día a día durante tu vuelta al mundo, cuándo decidisteis cambiar de lugar y por qué.
E: Lo principal era buscar el alojamiento apropiado y a eso le dedicábamos el tiempo que fuera necesario.
Normalmente encontrábamos buena información en el mismo alojamiento para descubrir las posibilidades que ofrecía la zona. Charlábamos también con otros viajeros y gente del lugar, de este modo explorábamos el lugar hasta agotar las alternativas de todo lo que nos interesaba. Esto había que compaginarlo con los horarios de transporte de la ruta que queríamos seguir, ya que en ocasiones esto te obligaba a dejar de hacer alguna cosa y en otras no te quedaba otra que hacer tiempo.
J: Más o menos, y aunque no siempre fue así, podríamos decir que la pauta que llevábamos iba en función de ciertas variables: alojamiento, situación y lugares que queríamos visitar por la zona. La climatología reinante y la gente que íbamos conociendo también fueron determinantes.
Pero sobre todo el alojamiento, si era algo fuera de lo común en cuanto a confort-situación-precio (siempre teniendo en cuenta nuestro apretado presupuesto: pensiones, albergues y casas particulares) y merecía la pena aprovecharlo para descansar bien, relajarnos un poquito de tanto trajín e ir diseñando lo siguientes pasos en la ruta, sobre todo a medida que fueron pasando los meses, fue algo a tener muy en cuenta.
• ¿Cuál fue el itinerario y la duración de vuestra Vuelta al Mundo?
E&J: Desde España volamos al Continente Americano, primer destino, Argentina. Después, sin prisa y sin pausa, siempre que pudimos en transporte público y por vía terrestre, partiendo de Ushuaia recorrimos todo el continente hasta llegar a San Francisco, Estados Unidos. Pasamos por Chile, Uruguay, Brasil, Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y México. Un principio de viaje agotador hasta que le cogimos el ritmo a la ruta.
Luego volamos al Continente Asiático, donde visitamos diferentes lugares de Japón, China, Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam e Indonesia. Disfrutamos a tope de nuestra estancia en el continente. Más tarde le tocó el turno a Oceanía, donde en una autocaravana recorrimos más de 17.000 kilómetros por las desoladas carreteras de la isla de Australia. Indescriptible.
Seguidamente, otro gran salto en avión nos llevó hasta el Continente Africano, concretamente a Johannesburgo, Sudáfrica, para posteriormente visitar Namibia, Botsuana, Zimbabue, Kenia, Tanzania y finalmente Egipto. Esta fue la parte más dura de recorrer de todo el viaje. Demasiados sentimientos encontrados.
Y finalmente, después de más de un año de viaje, llegamos al Continente Europeo, llegamos a Roma, Italia, visitamos El Vaticano y seguimos ruta en el inter-rail hasta España, pasando por Mónaco y Francia. Excitante entrada en el continente, pero ya se intuía el final.
Un total de 32 países de los 5 continentes en 400 días de ruta hicieron posible la circunvalación de este maravilloso planeta llamado Tierra.
• Dicho esto, ¿qué país quitaríais de la lista y cuál os quedasteis con las ganas de visitar?
E: Nuestro paso por El Salvador fue muy breve por la inseguridad que se palpaba en el ambiente y algún que otro percance -sufridos y contados por otros viajeros que habíamos conocido en la ruta-, me hacen desear no haber pasado por allí. Tal vez con alguien del lugar, sería más factible, pero el ambiente lo encontramos muy hostil. Nos quedamos con ganas de visitar India y Nepal.
J: Bueno, no sé, en Etiopia también tuvimos problemas y nos fuimos un día después de llegar, de hecho son dos lugares que no contamos como países visitados en nuestra lista, pero creo que no quitaría ninguno, a fin de cuentas todos forman parte de nuestra aventura, para bien o para mal, todos nos han aportado algo…
Mis países en el tintero creo que, además de los nombrados por Esther, fueron Bolivia y Perú.
• ¿Qué lugar del mundo os fascinó?
E: Japón, por esa convivencia de la tradición con el futuro y porque a pesar de los problemas que conlleva la superpoblación, en Japón han sido capaces de mantener valores como la honestidad y la responsabilidad.
J: Lugares fascinantes muchos, la verdad, el mundo es maravilloso y lo único malo que tiene somos nosotros mismos, los seres humanos, pero si me tengo que mojar, en líneas generales y basándome en mis sensaciones, seguramente me quedo con Laos o mejor aún, con todo el Sudeste Asiático.
• Entiendo que os habréis juntado con muchos viajeros, pero ¿os habéis encontrado algún viajero de por aquí? ¿Cómo fue el encuentro?
E: Coincidimos con viajeros de Barcelona en Argentina, sudeste asiático (Tailandia, Laos, Camboya, Vietnam), en Sudáfrica, con una Madrileña en Chile. Los encuentros siempre son fantásticos, como si te encontraras en tu barrio con un conocido, aunque hay excepciones que siempre te sorprenden como una parejita de turistas Madrileños con los que compartimos un viaje de día en un barco por Río de Janeiro. El guía que nos acompañaba les informó que había una pareja de Bilbao en el barco y sorprendentemente se mantuvieron siempre en el lado opuesto al que estuviéramos. A saber qué les habría pasado con gente de nuestra tierra…
J: Si claro que sí, nadie en viaje de largo recorrido como nosotros, pero hemos tenido el placer de compartir ruta con gente de diferentes comunidades de la geografía española y, salvo excepciones, lo disfrutamos mucho, era como encontrarse con los amigos de toda la vida. Encuentros cortos pero intensos.
• ¿Cuál es la anécdota más graciosa que os ha pasado durante el viaje?
E&J: Nuestro anecdotario de viaje, como se puede presumir, es extenso, pero donde más anécdotas divertidas nos han pasado ha sido en Japón. Los japoneses son la bomba. Y una de las más graciosas fue en un restaurante, en la zona empresarial de la ciudad de Tokyo… Casi nos morimos de la risa…
Pero para no extendernos demasiado, os invitamos a que os hagáis con un ejemplar de nuestro libro… ¡¡No os arrepentiréis!!
• ¿Tuvisteis algún contratiempo en tu aventura?
E&J: Si dijéramos que no, nadie nos creería. Unos cuantos, si:
- Un ingreso a Esther en el hospital de Caracas, Venezuela, con un desalentador pronóstico de agotamiento físico y mental.
- Infinidad de problemas en diferentes pasos de Fronteras Terrestres.
- Un intento de robo o secuestro, que no llegó a pasar, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
- Un ingreso a Javi en el hospital de Nairobi, Kenia, con un pronóstico de lumbociática agudo. Tuvimos que volar en la avioneta de un resort en el interior del país para el traslado al hospital.
- Y un robo, por parte de los trabajadores del aeropuerto, en un vuelo de Tanzania a Etiopia.
A grandes rasgos estos fueron los más perturbadores, pero nada que no pudiéramos solventar y salir airosos. Vistos desde la distancia todos parecen más graves de lo que realmente fueron, nos hacemos cargo, pero no os dejéis intimidar. Y como se puede comprobar, nada que no podamos contar, así que no sería para tanto.
• ¿Alguna vez os pasó por la cabeza dejarlo todo y regresar?
E: Si, alguna que otra vez. Estando en Brasil cuando llevábamos 3 meses de viaje, tal vez no habíamos cogido el ritmo adecuado al viaje y el cansancio, unido a grandes inundaciones y otras inclemencias meteorológicas que sufrían en ese momento en el lugar al que queríamos dirigirnos, nos impedía encontrar alternativas factibles y económicas para seguir el viaje en transporte público terrestre.
Otra ocasión fue en México, a los 5 meses de viaje, no encontrábamos la manera de volar hacia China a un precio razonable. El presupuesto del viaje para una vuelta al mundo peligraba.
Y una más, a los 10 meses de viaje, con el cansancio que genera un viaje largo, se nos hizo bastante duro cogerle el ritmo al continente africano y hubo un momento en el que pensamos que mejor era una retirada a tiempo.
Resumiendo, hay veces que el cansancio no te permite encontrar alternativas a los inconvenientes que surgen en el camino, por lo que hacer algún que otro parón para descansar, hace que todo se vea de otra forma.
J: Como bien relata Esther, los hubo, claro que lo hubo. Pero para mí, los que verdaderamente me hicieron replantearme dejarlo todo y volver fueron, primero el ingreso de Esther en Venezuela y, después, el robo que sufrimos en Etiopía. Los demás fueron crisis pasajeras, seguramente, fruto de ese cansancio acumulado que no le deja a uno pensar con claridad.
• ¿Cómo manteníais el contacto con la familia/amigos?
E&J: Sobre todo vía e-mail –alguna que otra vez coincidimos chateando– y también escribimos alguna que otra postal, pero sobre todo intentábamos actualizar el blog para que todos estuvieran tranquilos y viesen por dónde íbamos pasando.
Creo que por teléfono solo llamamos un par de veces a nuestras respectivas casas.
POST VUELTA AL MUNDO
• ¿Qué consejos daríais a alguien que quiera hacer un proyecto similar?
E: Lo primero hay que sacarse un buen seguro de viaje. La salud también viaja y si la cuidas, podrás disfrutar de experiencias inolvidables. Escucha a tu cuerpo para saber descansar y poder seguir ruta. Algo altamente recomendable es enterarse bien sobre los usos, costumbres y leyes locales, te evitarán problemas desagradables, a veces, algo que puede cambiar el curso de tu viaje o tu vida para siempre.
Informarse sobre las condiciones climatológicas (huracanes, época de lluvias, inundaciones) del nuevo país que quieres visitar, ya que por ejemplo, podrían estar intransitables la mayoría de las rutas y no te compensaría visitarlo en ese momento.
Recuerda que eres tú el extraño. Es primordial ser respetuoso, te hará ganar amigos y sobre todo, utiliza el sentido común, ese siempre tiene que ir contigo.
J: Una frase muy útil: «Un viajero sin información es como un pájaro sin alas». Cuanta más información tengas sobre los lugares que te interesan visitar, más libre te sentirás en todos los movimientos que realices. Y sobre todo, que lo que más cuesta es arrancar, materializar la idea de un viaje de largo recorrido da un poquito de vértigo, pero una vez empiezas a caminar, todo parece ir rodado o, por lo menos, más sencillo de lo que se puede vislumbrar desde el sofá de tu casa.
• ¿Qué reflexiones habéis hecho tras el viaje? Esta experiencia, ¿ha cambiado en algo vuestra vida?
E: Viajar enriquece, se aprende más que quedándote en tu barrio, y el mundo en el que vivimos es maravilloso con una diversidad brutal de culturas, flora, fauna y paisajes. No hay que irse muy lejos para ver algo diferente, comenzando desde la misma Comunidad donde vives. Uno acaba descubriendo lo que de verdad importa y todas las cosas que nos rodean que son realmente prescindibles. Un equipaje ligero te permite avanzar más y seguir ruta.
Tras vivir la experiencia de viajar sin parar durante 400 días, me ha hecho apreciar más lo que me rodea, lo que soy y lo disfruto mucho más. Creo ser menos materialista, aunque es difícil viviendo en una sociedad tan consumista. Me siento feliz al descubrir que mi mente se ha abierto. Esto me permite percibir de otra forma los acontecimientos. Viajar es mi medicina para eliminar el estrés.
J: Reflexiones muchas, de hecho, en nuestro blog hay un apartado llamado «Reflexiones Viajeras» al que invito a tod@s a que lo visiten, pero la más importante de todas ellas es que la vida es demasiado corta para no hacer lo que a uno más le guste, aunque los demás no lo entiendan…
Recuerdo que el Prólogo de nuestro libro comienza con una frase que dice: «Persigo la felicidad y viajar responde a mi búsqueda», con el paso del tiempo me he dado cuenta de que estaba equivocado, porque la felicidad no es un destino, la felicidad es la actitud con la que se viaja por la vida.
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